Definición de Nueva economía institucional – Definición, qué es y concepto | Diccionario Economico
La nueva economía institucional es un enfoque teórico que estudia cómo las instituciones económicas, como las normas, leyes y organizaciones, influyen en el comportamiento de los agentes económicos y en el desempeño económico de una sociedad. Se basa en la idea de que las instituciones son fundamentales para entender las interacciones económicas y pueden ser diseñadas para promover el desarrollo y la eficiencia económica.
La nueva economía institucional nació como respuesta a la escuela neoclásica. Por el contrario, no le importan tanto los modelos matemáticos. En cambio, deriva teorías de la observación de datos estadísticos.
Otra característica de la escuela neoinstitucional es el aporte de ciencias como la política, la sociología y la psicología.
Orígenes de la Nueva Economía Institucional
El surgimiento de una nueva economía institucional cae en los años 30. En 1937, Ronald Coase, en The Nature of the Firm, analizó el papel de las normas y la estructura organizativa en la distribución de precios.
Más tarde, a fines del siglo pasado, estas ideas fueron desarrolladas por el trabajo de economistas como Douglas North y Oliver Williamson. Estos autores también estudiaron el papel de las instituciones en la creación de mercados competitivos.
Postulados de la Nueva Economía Institucional
Los principales postulados de la nueva economía institucional son los siguientes:
- Racionalidad limitada: Una persona no tiene toda la información a la hora de elegir, porque el conocimiento es limitado. También es imposible prever ciertos eventos que pueden afectar el resultado final de las decisiones. Nos referimos, por ejemplo, a cambios inesperados en las leyes.
- Oportunismo: Los agentes pueden sacrificar las ganancias potenciales del intercambio para obtener más ganancias para ellos.
- Costos de transacción: Estos son los que dificultan el funcionamiento general del sistema económico. Según Oliver Williamson, podemos dividirlos en dos categorías. En primer lugar, los costes ex ante asociados a la planificación, negociación y establecimiento de garantías contractuales. Mientras tanto, los costos ex post surgen debido a la inadecuación, es decir, cuando las transacciones se desvían del acuerdo original. Ante esto, es necesario realizar pagos adicionales, por ejemplo, a una entidad estatal para la intervención y resolución de conflictos.
Dados estos postulados, se hace necesaria la existencia de instituciones que faciliten y aseguren el intercambio. Por eso es importante, por ejemplo, que un país tenga un sistema judicial que haga cumplir los contratos. La capacidad de un gobierno para hacer cumplir las leyes se conoce como ejecución.
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