La economía, un factor decisivo en la Primera Guerra Mundial | Diccionario Economico

Definición de La economía, un factor decisivo en la Primera Guerra Mundial | Diccionario Economico

La economía fue un factor determinante en la Primera Guerra Mundial, ya que las naciones involucradas dependían de sus recursos financieros, industriales y agrícolas para financiar y sostener el conflicto. Los países participantes se encontraron con desafíos como la inflación, la escasez de alimentos y la destrucción de la infraestructura económica, lo que afectó a la población civil.

Si hay un conflicto en el que la economía fue la clave de su desenlace, ese es la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Cuando escuchamos sobre la gran guerra, nos vienen a la mente escenas de trincheras y alambre de púas. Sin embargo, las batallas decisivas se libraron en la retaguardia. El desarrollo industrial, la capacidad de acumular recursos, la buena planificación económica y la capacidad de disponer de una mano de obra potente fueron aspectos que inclinaron la balanza a favor de los Aliados.

En cuanto a los principales contendientes, baste decir que el Imperio alemán, el Imperio austrohúngaro y el Imperio otomano lucharon contra Francia, Gran Bretaña, Rusia y Estados Unidos, que entraron en guerra en 1917.

Muchos esperaban que el conflicto que estalló en 1914 provocaría un terrible colapso financiero, pero tal desastre no sucedió. Las primas de seguros finalmente se estabilizaron, los gobiernos pudieron financiarse a sí mismos con préstamos, el papel moneda reemplazó al oro e, irónicamente, la escasez de mano de obra provocó un aumento de los salarios. Por su parte, el mundo empresarial disfrutó de lucrativos contratos con los gobiernos. Lo cierto es que el inicio de la guerra trajo beneficios económicos a muchas industrias. Sin embargo, ya en 1915, las campañas de bloqueo entre diferentes estados comenzaron a afectar a la población.

Esta guerra dio lugar a luchas en todos los frentes, por lo que el comercio internacional sufrió un fuerte declive, las materias primas escasearon y la gran necesidad de alimentos, transporte y combustible para los monstruosos ejércitos hizo que se implantaran medidas como el racionamiento. Los precios se dispararon y, en consecuencia, la inflación aumentó significativamente, superando el 20% anual en la mayoría de los países en guerra en 1916, 1917 y 1918. También dejó fuertes marcas, lo que llevó a una severa hiperinflación en Alemania en los años siguientes.

Países importantes con sistemas de libre mercado, como Francia o Gran Bretaña, se vieron obligados a dejar que sus gobiernos tomaran el control de la economía. Alemania es el mejor ejemplo de ello, ya que el Estado intervino regulando los precios y los mercados, además de encargarse de gestionar la producción nacional.

El desarrollo industrial fue un elemento fundamental de la competencia, al igual que la industria química alemana, que desarrolló sustitutos de las materias primas más importantes. Entre estos sustitutos de materias primas se encontraban: pulpa de madera para telas, caucho sintético y nitratos para fertilizantes.

En el Reino Unido, la movilización de millones de hombres ha resultado en que los trabajos que dejaron atrás sean ocupados por mujeres. En definitiva, se produjo una importante incorporación de la mujer al mundo del trabajo que fue crucial para la producción nacional y la guerra británica.

Por su parte, Francia, a pesar de haber perdido alrededor del 40% de sus reservas de carbón y alrededor del 90% de sus reservas de hierro como consecuencia de la pérdida de territorio por parte de las tropas alemanas, logró continuar la lucha. Los galos, a pesar de los yacimientos perdidos, eran una gran potencia agrícola, que les proporcionaba importantes víveres.

Rusia, un país muy desigual, se encontraba en una gran dificultad económica, y sus exportaciones, principalmente de trigo, a través del sur de Rusia estaban paralizadas como consecuencia de que uno de sus principales enemigos, el Imperio Otomano, controlara los Dardanelos e impidiera el acceso al mar. Las importantes diferencias sociales en Rusia y el impacto que la guerra causó en la economía y la sociedad llevaron a la revolución de 1917, y el país salió del conflicto tras la firma de un armisticio.

Estados Unidos, que permaneció neutral hasta 1917, salió de la guerra fortalecido económicamente. Sus exportaciones de alimentos se duplicaron durante la guerra y sus préstamos fueron fundamentales para financiar a los Aliados. Ya en 1917, con su entrada en el conflicto, los estadounidenses tuvieron una influencia decisiva en el transcurso de la Primera Guerra Mundial.

La guerra afectó también a la economía de los países neutrales, que comenzaron a abastecer a las grandes potencias mundiales. La guerra hizo que las potencias más poderosas que monopolizaban los mercados internacionales empezaran a necesitar los recursos y materias primas de otros estados más pequeños. En este sentido, merece mención el caso de España, que no participó en el conflicto. Sin embargo, se vio favorecido a medida que aumentaron sus exportaciones y también mejoró su desarrollo industrial.

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