Fanatismo | Diccionario Economico

Definición de Fanatismo | Diccionario Economico

El fanatismo se refiere a una forma extrema de pasión o devoción hacia algo o alguien, que puede manifestarse en una actitud obsesiva y cerrada a cualquier otra perspectiva o punto de vista.

El fanatismo es el modo de acción de un fanático. Esto es típico cuando hablamos de un tema determinado, expresando pasión e incluso irracionalidad por encima de la racionalidad, el conocimiento y el pensamiento crítico.

El fanatismo busca alcanzar la razón o lograr sus fines por la fuerza, física o dialéctica, de esto dependerá la intensidad del fanatismo y el fin a alcanzar. Por ejemplo, no es lo mismo un fanático del deporte que no tiene mayor intención que defender a su equipo en una conversación amistosa, que un fanático religioso o político que tiene un alcance mayor y por lo tanto puede ser incluso un peligro público.

Así, podemos resumir que el fanatismo es una forma de pensar y actuar, pero que, a diferencia de otras formas de interacción, está dominada por sentimientos y comportamientos inspirados en la pasión, la irracionalidad e incluso la agresividad.

grado de fanatismo

Una vez definido el concepto, distinguimos entre fanatismo relativo y absoluto. Esta tipología se basa en el grado de intensidad del concepto, no en las áreas en las que se aplica.

  • intolerancia relativa: Este es el fanatismo, que, digamos, no es peligroso. Su principal rasgo distintivo es la falta de agresividad o no participación en la práctica. Conserva la irracionalidad y la pasión como guía de sus pensamientos, pero no fuerza ni obliga a otros a utilizarlos. Ejemplos son las personas que no permiten la controversia, pero son inofensivas para la sociedad. Así, podemos señalar a los creyentes practicantes, determinados simpatizantes y simpatizantes de partidos políticos, o aficionados al deporte.
  • fanatismo absoluto: Este tipo, a diferencia del caso anterior, sí es un peligro público. La escala y el impacto dependen del área bajo consideración. Este fanático, además de procesar la fe en sus pensamientos y acciones personales, busca imponerse a los demás. Y como algunos sectores sociales están dominados por algo más que las palabras, el fanático tiene que utilizar recursos como la violencia y la coerción. Aquí también encontramos un sinfín de ejemplos, tanto generales como particulares. Hitler, Mussolini, Stalin o cualquier otro dictador serían ejemplos de fanatismo político. Los líderes del Estado Islámico o de la religión cristiana en la Edad Media serían ejemplos de fanatismo religioso. A su vez, estos serán hooligans cuyo evento deportivo aprovecharán para pelear contra un oponente o destrozar mobiliario público.

Características de la intolerancia

Según esta definición, los signos del fanatismo son los siguientes:

  • Este es un comportamiento irracional.
  • La pasión es un sentimiento que prevalece en sus declaraciones y acciones.
  • Resistir la racionalidad y el pensamiento crítico.
  • Se puede encontrar en todos los ámbitos de la vida: política, económica, religiosa, deportiva, etc.
  • Según el grado de fanatismo, hablaremos de fanatismo absoluto o relativo.
  • Busca imponer sus ideas y pensamientos a los demás, ya sea a través de las palabras o de la fuerza física.
  • El sentimentalismo, un rasgo innato, acompaña a una persona desde el comienzo mismo de su historia.
  • Al frente de los movimientos fanáticos suele haber un líder carismático.
  • El fanatismo ha inspirado numerosas ideologías y movimientos de masas a lo largo de la historia.

Clasificación del alcance

Los tipos de fanatismo, según los ámbitos en los que opera esta forma de pensamiento, son los siguientes:

  • fanatismo religioso: Este es uno de los más antiguos que conocemos. Consiste en aceptar como absolutos los artículos de fe y los principios de una determinada religión. Es también lo que inspira lo que conocemos como cultos, en los que el líder hace y destruye a su antojo, manipulando a sus seguidores. De la importancia que siempre ha tenido la religión, se sigue la relevancia de sus adoradores. Esto es lo que ha inspirado y acompañado al hombre durante miles de años. Por eso, la religión emprendió terribles guerras y crímenes contra las personas, porque, en teoría, una persona debe servir a los designios de un ser superior al hombre, ya sea Dios, Alá, Buda o cualquier otra deidad.
  • intolerancia política: Aunque también es muy antiguo, lo encontramos muy relevante desde el comienzo de la era moderna hasta nuestros días. Los ejemplos son movimientos de masas como la Revolución Francesa; el marxismo o cualquier movimiento inspirado en la ideología obrera; o las dictaduras fascista y comunista del siglo XX.
  • intolerancia económica: Tiene mucho en común con el tipo anterior, pero se utiliza exclusivamente en el ámbito económico. Además, mientras no vaya de la mano con el fanatismo político, no debería tener consecuencias violentas. La intolerancia económica ocurre cuando un economista se aferra casi dogmáticamente a un modelo o sistema económico sin ver sus fallas. Lo vemos muy a menudo en la televisión, en debates y reuniones. El problema que presenta es que quienes deben tomar decisiones que afectan a la ciudadanía en general se inspiran en él, y un análisis sesgado puede llevar a resultados desastrosos para la economía global e individual.
  • fanatismo deportivo: Es muy común en estos días porque el deporte como entretenimiento de masas apenas tiene un siglo. Un seguidor de un equipo o un personaje deportivo solo ve éxitos en él y profundas deficiencias en los oponentes. Y hasta tal punto que atribuye su derrota a factores y conspiraciones externas.

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