Definición de ¿Qué es el tipo de cambio interno? – Definición, qué es y concepto | Diccionario Economico
El tipo de cambio interno es el valor relativo de la moneda nacional en relación con las demás monedas extranjeras dentro de un país. Este concepto se utiliza para medir la capacidad de compra de la moneda nacional en el mercado doméstico y puede influir en el nivel de precios, el comercio internacional y la competitividad de la economía.
En las últimas décadas, el proceso de globalización económica que ha vivido el mundo, especialmente en cuanto a la internacionalización de los procesos productivos y la liberalización del movimiento de personas, capitales y mercancías, ha incrementado la interdependencia de las economías nacionales.
Sin embargo, todavía hay grandes diferencia en los precios de los mismos bienes de un país a otro, lo que no se explica únicamente por los diferentes valores de sus monedas: estamos hablando de tipos de cambio internos.
Estas tasas, definidas como el nivel general de precios y salarios prevaleciente en cada economía, pueden diferir incluso entre países que utilizan la misma moneda, y en algunos casos también entre regiones de un mismo país. Como consecuencia, las tarifas domésticas afectan cuestiones fundamentales para una economía, como el poder adquisitivo de sus ciudadanos.
Es importante recordar que cuando se trata de niveles de precios, también se incluyen los salarios, ya que conforman el precio de un factor trabajo, la competitividad de sus exportaciones o su capacidad para atraer inversores extranjeros.
Por qué existen los tipos de cambio domésticos: el caso de la eurozona
Como señalamos anteriormente, los tipos de cambio internos pueden diferir entre regiones de un mismo país, pero quizás el ejemplo más llamativo de esta discrepancia sea la zona del euro. En este caso, la adopción de una moneda única por parte de 19 países representa una experiencia sin precedentes en la historia económica, sobre todo si recordamos que sus principales objetivos son asegurar la estabilidad monetaria y facilitar la integración de las economías nacionales en un mercado único regional.
Desde un punto de vista teórico, uno esperaría que la eliminación de diferentes monedas nacionales eliminaría las discrepancias en los tipos de cambio y que en un mercado completamente integrado (suponiendo también información perfecta), las discrepancias en precios y salarios desaparecerían. . Sin embargo, la realidad se vuelve mucho más compleja cuando la analizamos a la luz de los datos.
Como se puede observar en el gráfico, la introducción del euro solo acercó los precios en un grupo de países (Bélgica, Holanda, Francia, Alemania, Austria e Irlanda), pero no pareció afectar a España. Del mismo modo, Italia, Finlandia y Grecia. Así que la primera conclusión que podemos sacar de los datos es que la adopción de una moneda única no garantiza Sí misma convergencia en el nivel de precioses decir, la persistencia de estas diferencias, a pesar de la eliminación de los tipos de cambio externos, indica la existencia de otros tipos de cambio internos y con características completamente distintas.
La adopción de una moneda única no garantiza por sí misma la convergencia de precios.
En segundo lugar, si analizamos la situación concreta de las economías en las que se ha producido la convergencia (teniendo en cuenta también otros factores como su proximidad geográfica), veremos también que se trata de países con alto grado de interdependencia. El ejemplo más llamativo de esta interdependencia es el de Bélgica y los Países Bajos, cuya divergencia de precios ha disminuido de 3,2 puntos porcentuales a solo 1,1 puntos porcentuales desde la introducción del euro, lo que demuestra que cuando las dos economías están completamente integradas, la eliminación de los tipos de cambio conduce a convergencia de precios casi total.
Este no es el caso de la mayoría de las economías periféricas de la eurozona, que parecen haber experimentado un grado de convergencia solo en los primeros años del euro, para luego estabilizarse. Así, observamos que el nivel de precios en Finlandia sigue siendo un 47% superior al de Grecia, e incluso entre países con fuertes lazos económicos, como Italia y España, existen diferencias notables. Considerando que el grado de interdependencia entre las economías periféricas es mucho menor que entre las centrales, podemos concluir que este es uno de los factores que explican la existencia de tipos de cambio internos.
Esta explicación se encuentra perfectamente alineado con lo que se protege teoría económica: si dos economías con diferentes niveles de precios forman un solo mercado (es decir, con libre circulación de personas, capitales y bienes) y hay información perfecta, entonces los agentes del mercado de un país con precios más altos buscarán recibir de otro país para para reducir el costo de producción y aumentar el margen de beneficio.
Así, el país con los precios más bajos se beneficiará de mayores exportaciones y una afluencia de capital extranjero orientado a la inversión. Estos factores generarán presiones inflacionarias que, combinadas con una tendencia deflacionaria en el país vecino (que tendrá el efecto contrario, es decir, fuga de capitales y caída de la producción nacional a expensas de las importaciones), conducirán a la convergencia de precios. ., cumpliendo así la máxima de que una unidad de mercado asume un precio único.
Sin embargo, cabe señalar que la interdependencia, que sin duda es un factor decisivo para entender los tipos de cambio internos, tampoco es una explicación suficiente. Si este fuera el caso, los precios en España eventualmente igualarían a los de Francia, ya que la economía española se beneficiaría del cambio de producción francesa y el aumento de las exportaciones al país francés.
Por el contrario, la evidencia empírica nos dice que la divergencia de precios apenas ha cambiado desde 2002, lo cual es bastante natural dada la diferencias entre ambos paises Para valor añadido de su economía. Simplemente sucede porque los sectores manufactureros que crean valor compensan a sus trabajadores por salarios más altos y venden sus productos a precios más altos, lo que resulta en un tipo de cambio interno más alto.
Finalmente, también encontramos un factor igualmente importante en caracteristicas de las economias nacionales. En este sentido, la presencia de diferencias en la estructura fiscal y regulación laboral o la implementación de políticas nacionales de precios (ya sean inflacionarias o de devaluación interna) pueden frenar la convergencia entre economías interdependientes y productoras de valor agregado.
¿Cómo nos afectan los tipos de cambio domésticos?
La existencia de tarifas domésticas (que, como ya hemos mencionado, se dan no solo a nivel nacional, sino también a nivel regional o local), por regla general, tiene un fuerte impacto en las economías de los países. En un lado aumenta el poder adquisitivo en cuanto a los países con chicos altosporque les permite comprar, invertir o viajar a los precios más bajos y a tarifas más competitivas. Sin embargo, a veces también pueden verse perjudicados, porque su economía nacional puede verse afectada por el dumping de los suministros extranjeros. Por el contrario, los países con Bajas tasas ellos pueden mejorar su crecimiento económicamente gracias al sector exterior, pero sus oportunidades se verán reducidas a la hora de viajar al extranjero.
En este sentido, es importante recordar función distintiva del valor añadidoporque los países que han elegido este camino han sido capaces de mantener niveles salariales más altos sin correr el riesgo de dumping o destrucción de empleo. Por el contrario, muchos países que han optado por la competitividad en costes se han visto obligados a incrementar sus exportaciones mediante políticas de devaluación interna, cayendo en un círculo vicioso que puede conducir a la caída de los salarios y del poder adquisitivo, la reducción del ahorro y el aumento del endeudamiento y la dependencia exterior. En otras palabras, un cambio en los tipos de cambio domésticos puede tener efectos positivos para la economía si refleja evolución del valor producción real, pero puede convertirse en fuente de graves desproporciones si se manipula artificialmente.
En conclusión, se puede decir que los tipos de cambio domésticos están determinados por los tres factores mencionados (integración económica, valor agregado de las actividades productivas y características de la economía), y que pueden causar serios desequilibrios estructurales si son fijos. artificialmente Sin embargo, también pueden ofrecer grandes oportunidades si van acompañados de mercados libres y flexibles que busquen integrar diferentes economías en un solo mercado y así lograr la convergencia de precios. Quizás esta sea la verdadera paradoja de los tipos de cambio domésticos: a diferencia de otros motores de crecimiento, los tipos domésticos pueden ser muy beneficiosos para la economía, pero solo en la medida en que puedan desaparecer.
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