Depósito a la vista | Diccionario Economico

Definición de Depósito a la vista | Diccionario Economico

Un depósito a la vista es una cuenta bancaria en la que los fondos pueden ser retirados en cualquier momento sin restricciones.

Así, este tipo de depósito tiene la particularidad de estar disponible para el usuario en cualquier momento y sin muchos trámites.

Un depósito a la vista se puede vincular a una tarjeta de débito o crédito, y los fondos se pueden utilizar para pagos o transacciones diarias. Así, un individuo puede ordenar a su empleador que ingrese su remuneración en esta cuenta.

Del mismo modo, un depósito a la vista se puede vincular a un débito directo. Estos son pagos (por ejemplo, facturas de electricidad, facturas de teléfono y otros servicios públicos) que se cargarán automáticamente, por ejemplo, todos los meses.

Ventajas y desventajas de un depósito a la vista

Entre las ventajas de un depósito a la vista están:

• La facilidad con la que el titular puede disponer de los fondos, es decir, liquidez inmediata.
• Se requieren varios requisitos para abrir uno de estos depósitos.
• El dinero se mantiene seguro en la institución financiera para que el usuario pueda realizar transacciones financieras sin recurrir al efectivo, lo que conlleva riesgos.
• Las comisiones (que suelen cobrarse por mantenimiento y operación) suelen ser bajas.

Sin embargo, este producto de ahorro también tiene desventajas:

• El rendimiento que ofrece es muy escaso o casi inexistente.
• Continuando con lo anterior, existen otros productos que ofrecen mayores rendimientos como los depósitos a plazo. Sin embargo, no te permiten retirar ni disponer de dinero durante un plazo pactado con el banco, por ejemplo, seis meses.
• Como mencionamos anteriormente, el usuario generalmente tiene que pagar diversas tarifas, por ejemplo, por mantenimiento y por ciertas transacciones, como transferencias o retiros de cajeros automáticos que no pertenecen a una entidad financiera.

Diferencia entre depósito a la vista y cuenta corriente

La principal diferencia entre un depósito a la vista y una cuenta corriente es que esta última permite un sobregiro. Esto último significa que las transacciones pueden continuar incluso si los fondos se han agotado, funcionando como un préstamo otorgado por un banco, y que el usuario debe pagar a los treinta o quince días, por ejemplo.

Por otro lado, un depósito a la vista no le permite utilizar una cantidad que exceda los ahorros.

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