Definición de Contrato de gestión de cartera de valores – Definición, qué es y concepto | Diccionario Economico
El contrato de gestión de cartera de valores es un acuerdo entre un cliente y un gestor de cartera para que éste administre y gestione los valores y activos de dicha cartera.
En otras palabras, el inversor confía la gestión de su capital a profesionales especializados. Así, busca recibir un ingreso superior al que recibiría si él mismo dispusiera de sus fondos.
Características clave de un contrato de gestión de cartera
Las principales características de un contrato de gestión de cartera son:
- Regula la administración individualizada de la cartera de inversiones, es decir, el administrador celebra un acuerdo por separado con cada uno de sus clientes.
- Se trata de un acuerdo bilateral en el que surgen obligaciones para ambas partes.
- No se limita a un acto, sino que se establece una conexión continua entre el cliente y el gestor.
- Por lo general, el regulador estatal determina cuál debe ser el contenido del acuerdo. Esto puede ser, por ejemplo, las obligaciones de pago de la contraparte.
- Lo más habitual es que el contrato sea por tiempo indefinido y pueda resolverse o rescindirse de forma unilateral (normalmente por parte del inversor). Esto es a través de un aviso previo.
- Este es un contrato reembolsable. Es decir, se asocia a actividades comerciales con el fin de obtener un beneficio.
Condiciones del contrato de gestión de cartera
Dentro de los contratos de administración de cartera de valores existen dos modalidades:
- Administración recomendada: El administrador solo sugiere qué acciones tomar con la cartera de inversiones, y la decisión final queda en manos del cliente.
- Administración discrecional o compleja: El administrador goza de total libertad y no requiere la aprobación del inversionista para realizar transacciones.
Participantes del contrato de gestión de cartera de valores
Las partes del contrato de administración de cartera de valores son:
- Gerente: Esta es una institución que custodia una cartera en nombre de su dueño. Esta labor recae en las entidades de crédito o empresas de servicios de inversión. Estos últimos se caracterizan porque su actividad principal es la gestión de activos financieros de terceros.
El administrador tiene la autoridad para administrar la cartera en función de los intereses de su cliente. Por lo tanto, no es correcto realizar una transacción solo con el propósito de recibir una comisión por ella, sino que debe ser rentable para el inversionista.
También cabe señalar que el gestor no está obligado a ofrecer un resultado predeterminado, sino a actuar con responsabilidad y conseguir el mayor beneficio para la contraparte.
Otro deber del gestor es informar periódicamente a los inversores sobre el estado de sus fondos. Como mencionamos anteriormente, en algunos casos se requiere su autorización antes de proceder con cualquier transacción.
- Cliente: Es titular de una cartera de acciones. Su deber principal es pagar una remuneración al gerente. Puede establecerse en función del capital total gestionado o de los resultados obtenidos.
A su vez, el cliente obtendrá un beneficio de su cartera. En algunos casos, también puede obtener asesoramiento de un gerente, por ejemplo, para determinar cómo financiar sus actividades.
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