Definición de Cambista – Definición, qué es y concepto | Diccionario Economico
Un cambista es una persona que se dedica a comprar y vender divisas y otras formas de dinero en efectivo en el mercado financiero.
Esto significa que una oficina de cambio de moneda, por ejemplo, puede recibir dólares y emitir euros. El beneficio del cambista es la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta de cada moneda negociada.
Para explicar mejor lo anterior, veamos la situación de las casas de cambio que conforman el mercado cambiario paralelo en el Perú. En estos negocios, el dólar puede fijar un precio de compra promedio de S/3.33 (sol peruano) durante la jornada laboral. El mismo día, el precio de venta de la moneda estadounidense estará, por ejemplo, en el nivel de 3345 dólares de Singapur.
Características del intercambiador comercial
Entre las características del oficio de cambista:
- La rentabilidad depende de algo más que la diferencia entre los tipos de cambio de compra y venta. La actividad puede incurrir en costos administrativos que deben descontarse para calcular la utilidad neta, como el alquiler de un edificio.
- El despacho se puede realizar de diversas formas, principalmente en casas de cambio. Otra modalidad es el trabajador independiente en la vía pública.
- Es una profesión con un alto índice de criminalidad en comparación con otros trabajos. Esto se debe al manejo de grandes cantidades de efectivo. Este factor es relevante, en primer lugar, en ciudades y países con un alto nivel de vulnerabilidad de los ciudadanos.
- El cambista guarda dinero en efectivo, especialmente aquellas monedas que se usan más comúnmente en su país. Esta suele ser la moneda local y otras muy utilizadas en todo el mundo como el dólar y el euro.
la historia cambió
Los cambistas habrían existido desde la antigüedad, al menos desde la época del Imperio Romano. Recuerde que en uno de los capítulos de la Biblia, Jesucristo expulsa a un grupo de mercaderes del templo de Jerusalén. En este lugar ofrecían sus servicios los «kermatistas», a los que acudían los visitantes a cambiar dinero.
Con solo la moneda local, los peregrinos que llegaban a Jerusalén para la Pascua podían pagar impuestos y comprar animales para los sacrificios religiosos.
Posteriormente, en la Edad Media, los cambistas acudían a las ferias que se celebraban en las ciudades más importantes. Esto facilitó las transacciones entre comerciantes de diferentes orígenes. Vale la pena señalar que en la Edad Media las monedas fueron acuñadas por diferentes reinos. Así, los comerciantes tenían que cambiar moneda con frecuencia para poder trabajar en diferentes lugares.
En ese momento, solo circulaban monedas de metal (no existían los billetes). Por ello, el cambista debía tener conocimientos en el campo de la metalurgia. De igual forma, se requerían los conceptos de metrología para calcular el peso de las monedas y manejar adecuadamente dicha información.
Cabe señalar aquí que las empresas de intermediación financiera son conocidas como bancos por los bancos o mesas en las que trabajaban los cambistas. Esto es durante la Edad Media en las plazas de las ciudades italianas.
Esto se debe a que los primeros banqueros también cambiaban dinero. Así, cambiaban moneda extranjera por local, y también se quedaban con el dinero de los visitantes mientras se encontraban fuera de la ciudad. Es decir, ofrecieron abrir depósitos.
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