Banco malo | Diccionario Economico

Definición de Banco malo | Diccionario Economico

El Banco malo es una entidad financiera que se encarga de adquirir y gestionar activos problemáticos de bancos y entidades financieras con el objetivo de limpiar sus balances y facilitar su recapitalización.

Si bien la creación de este tipo de personas jurídicas no ocurre con mucha frecuencia, es una posibilidad real si el sector financiero del país en su conjunto adolece de activos de calidad cuestionable, lo que perjudica a todas las entidades.

En este caso, la creación de un banco malo (usualmente auspiciado por el banco central del país) permitiría concentrar todos los activos tóxicos en una sola persona y liberar a los demás de este problema, permitiéndoles retomar sus actividades normales. .

La relación de un banco malo con otras entidades de las que provienen sus activos depende de varios factores y de la variedad de bancos involucrados..

Mala intervención bancaria

La opción más sencilla sería que el banco creara una filial para gestionar sus activos tóxicos. En este caso, no se requiere intervención externa, pero no protegerá a la organización de posibles pérdidas.

La solución más extrema, como se ha hecho en Suecia, Finlandia, Reino Unido y España, sería constituir una entidad totalmente independiente con activos de varios bancos afectados, lo que requeriría una intervención externa (normalmente del sector público), pero en retorno, esto liberaría a otras organizaciones de problemas de baja calificación de activos.

Ventajas y desventajas de construir un banco malo

La principal ventaja de este tipo de organización es el aislamiento de los activos de baja calidad del resto del sector financiero, cuya solvencia y calificación crediticia mejorarán. Así, los efectos de la crisis financiera serán limitados y la recuperación del sector podría ser mucho más rápida.

Por otro lado, la estrategia de un banco malo plantea el problema de llevar sus activos al mercado, pues su objetivo no es más que venderlos a precios más realistas y ajustados a su baja calificación. Es por ello que los activos tóxicos acaban vendiéndose por debajo de su precio de compra a las entidades originales (es decir, con pérdidas), y es muy difícil encontrar inversores interesados ​​en participar en un banco malo.

Esta dificultad para obtener financiamiento y las previsiones pesimistas sobre sus resultados hacen que en la práctica se suela constituir una nueva persona jurídica con capital del banco central, lo que implica un costo para el contribuyente y una medida de política no exenta de polémica.

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